Con el fin de dar a conocer el nuevo enfoque investigativo que adelanta el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia – CENICAÑA, sobre la evaluación de algunas prácticas agrícolas que están implementando los agricultores en la región, Procaña contactó a los investigadores, Mauricio Quevedo y Francisco Sanguino, para obtener más información al respecto.

Procaña: En los equipos de labranza postcosecha construidos por los agricultores que Cenicaña evalúa, se han identificado modificaciones importantes para despajar, escarificar y abonar. ¿Cómo medirán el impacto de estas nuevas prácticas?

Cenicaña: Actualmente estamos llevando a cabo experimentos para evaluar las prácticas convencionales y las nuevas propuestas antes y después de cada labor. Por ahora estamos enfocados en evaluar el efecto en el crecimiento de la planta, control de malezas, la descompactación y adecuación de geometría del cultivo. Más adelante incluiremos otras variables relacionadas al aporte del nitrógeno y el mejoramiento de las propiedades físicas y químicas de los suelos, por aportes de los residuos de cosecha.

P: ¿Han identificado las condiciones del suelo que permitirían estas labores?

C: Hasta ahora nos hemos enfocado en el mega ambiente seco-semiseco, esperamos evaluarlo en la zona húmeda. Pero agronómicamente esto podría resultar inviable, puesto que generaría un microclima que conlleve a la aparición de enfermedades a nivel de raíces o incluso problemas de drenaje.

P: ¿Qué modificaciones están proponiendo en el diseño de equipos?

C: En el marco del proyecto INTEGRA que está liderando el servicio de cooperación técnica y de transferencia de tecnología de Cenicaña, se ha venido evaluando una escarificadora con modificaciones en la ubicación de los vástagos (vástagos intercalados), para evitar que los residuos se acumulen provocando inoperabilidad de la máquina por atascamiento. Por otro lado, estamos explorando la posibilidad de integrar la labor de roturación con la siembra de las leguminosas, pero esto conlleva grandes retos.

P: La siembra de leguminosas en las calles del cultivo de la caña aporta nuevas condiciones para la vida microbiana, y nutrientes que pueden sustituir el uso de nitrógeno a partir de síntesis química. ¿Cómo evalúan esta opción?

C: Nosotros creemos que las leguminosas pueden llegar a suplir cierta cantidad de la fertilización nitrogenada, pero no sustituirla en 100%. Estamos proponiendo experimentos para evaluar la respuesta del crecimiento de las leguminosas y el contenido de nitrógeno, al momento de la incorporación, y además de la competencia que la leguminosa ejerce sobre la caña. Esperamos cuantificar el efecto en la calidad del suelo, pero son estudios que llevan bastante tiempo para ver los efectos.

P: ¿Qué tipo de especies de leguminosas?

C: Hemos hecho unos estudios evaluando soya, caupí y crotalaria. Pero esperamos incluir otras como el mungo, maní y soyas de crecimiento indeterminado.

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