“Fue un congreso de alto nivel académico. Conocimos cómo los agricultores de caña de azúcar trabajan la sostenibilidad con mucha responsabilidad”, aseguró Timothé Masson, director ejecutivo de la World Association Of Beet And Cane Growers – WABCG

“Estoy muy agradecido de haber sido invitado, el Congreso de la WABCG se lleva a cabo anualmente en diversos países en donde se produce caña y para nosotros ha sido muy especial que se hubiera realizado en Colombia. Nos vamos llenos de nuevas y valiosas experiencias, las conferencias tuvieron una calidad excepcional y las discusiones fueron del más alto nivel. Tuvimos la oportunidad de visitar la finca El Hatico con un sistema de producción integral que nos mostró cuán avanzadas son las tecnologías agrícolas en Colombia”, señaló Fred Zeller, agricultor internacional.

A la mirada internacional se sumaron voces de satisfacción de los agricultores de la región, quienes ratificaron su interés y compromiso en seguir recomendaciones, adoptar nuevas prácticas y avanzar con el acompañamiento de Procaña. 

Según la agricultora Mariela Martínez Reyes, “el congreso fue extraordinario. Durante tres días escuchamos a un grupo maravilloso de conferencistas, recibimos todo el conocimiento del trabajo que vienen realizando agricultores como Guido Mauricio López y Carlos H. Azcárate; descubrimos qué están haciendo en otros países y en Cenicaña nos sorprendieron con diferentes sesiones en donde presentaron programas de investigación que son adecuados para todos los cultivadores de caña de azúcar”.

El Congreso Internacional organizado por la World Association Of Beet And Cane Growers – WABCG, contó con la presencia de David Thompson, presidente de esta asociación que hace presencia en los cinco continentes, tiene 36 asociados que representan a 34 países.

Martha Betancourt Morales, directora ejecutiva de PROCAÑA, indicó que lograr que Colombia fuera sede, por primera vez, de este congreso es meritorio.  “Fuimos escogidos como país anfitrión porque el sector cañicultor es modelo de productividad y sostenibilidad en el mundo. Mientras otros países producen en promedio 60 toneladas de caña por hectárea, en Colombia se producen 118”.

Conociendo la Reserva Natural El Hatico

La Reserva Natural El Hatico, empresa familiar agropecuaria y forestal, ubicada en el municipio de El Cerrito, es ejemplo por su historia e implementación de prácticas sostenibles. 

En 1942, la producción de la hacienda estaba orientada a ganadería extensiva con poca presencia de árboles, según informó Carlos Hernando Molina Durán, uno de sus propietarios. Con el paso de los años, la actividad económica se diversificó con el cultivo de caña, ganadería de ovinos y bovinos y espacios dedicados a la reserva forestal, creando una integración agrícola, pecuaria y forestal que es modelo en el departamento del Valle del Cauca, Colombia y el mundo.

Para Molina Durán, es fundamental que las actividades económicas permitan proteger el patrimonio ecológico, la diversidad en fauna y flora y la protección de las fuentes de agua.

En el caso de los cultivos de caña, tienen 13 variedades sembradas acompañadas con líneas de árboles que se convierten en relictos o zonas de descanso del sol, ideales para el ganado.

En esta unidad productiva agrícola llevan 50 años de estudio de la producción de caña, de la mano de Cenicaña y de la Universidad Nacional, lo que ha permitido que la hacienda sea más productiva, genere más empleo y sea un espacio donde cada vez hay más presencia de organismos vivos que contribuyen con la biodiversidad del valle geográfico del río Cauca.

El Hatico es ejemplo de que es posible ser productivo y ambientalmente sostenible, incluso aumentando la biodiversidad del bosque seco tropical. 

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