ILDEFONS PLA SENTÍS – Consultor Internacional en Manejo y Conservación de Suelos y Agua

Los avances tecnológicos se emplean para modelar y manejar los suelos con el objetivo de mantener y mejorar su capacidad en forma sostenible para el futuro.

El siglo XXI es una era de cambios, y la población mundial enfrenta grandes desafíos, entre los que están la degradación de suelos por mal uso de las tierras y manejo no adecuado del recurso, inseguridad alimentaria por el rápido crecimiento demográfico, el incremento antropogénico de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera, y el descenso en la disponibilidad y calidad del agua.

Ildefons Pla, consultor internacional en manejo y conservación de suelos y agua y ponente de Conexión Internacional de la Caña 2020, indica que “los recursos suelo y agua son la base de la producción de alimentos y la manutención de la vida en la Tierra. Ambos recursos están sometidos a presiones recientes derivadas del crecimiento de la población, el uso y manejo que se le da a las tierras, y los cambios climáticos globales”. 

El agua es un recurso fundamental, y a la vez limitado; la demanda de este recurso es tan grande que, en muchos países de África, Europa y Asía es más grande la exigencia del agua que el suministro disponible de esta. En el mundo, el 70 % del recurso se utiliza en la agricultura, el 22% en la industria y solo el 8% en uso doméstico. En países sub desarrollados, el 82% se emplea en agricultura, el 10% en la industria y el 8% en el uso doméstico. Mientras en países desarrollados, el 55% es usado para la industria, el 30% para fines agrícolas y el 11% es de uso doméstico.

El gran problema que genera el deterioro de suelos

Pla, define la degradación de los suelos como la reducción de su capacidad para producir en cantidad y calidad bienes y servicios que soportan a la sociedad y al desarrollo. Los bienes que generan los suelos son la producción vegetal y de alimentos; los servicios son la regulación del régimen hídrico, el filtro ambiental y el control de cambio climático. 

Los principales procesos de degradación de los suelos incluyen la erosión, la pérdida de carbono orgánico, el desequilibrio de nutrientes, la acidificación del suelo, la contaminación, la compactación del suelo, la salinización y sodificación, y la pérdida de la biodiversidad de este recurso.

Con todo esto, actualmente 3.600 millones de ha (25% de las tierras a nivel mundial) se han visto afectadas por diferentes niveles de degradación del suelo. Además, en los últimos 50 años, 2/3 de las tierras agrícolas del mundo han sido afectadas por la degradación del suelo; y 305 millones de ha (2,3% del total de tierras y 21% de las tierras agrícolas) han perdido completamente su capacidad productiva y de control ambiental.

Prácticas sostenibles y efectivas de uso y manejo de tierras

La degradación y conservación de suelos y agua están asociados a procesos hidrológicos, los cuales derivan de la interacción de factores climáticos, propiedades del recurso suelo, y el uso y manejo de la tierra. Por ende, es necesario realizar evaluaciones de tipo hidrológicos para la predicción de procesos de degradación de suelo, los cuales serán esenciales para el desarrollo, la selección y la aplicación adecuada de prácticas sostenibles de uso y manejo de estos recursos.

Cuando se gestionan de forma sostenible, los suelos juegan un papel importante en la mitigación del cambio climático, a través del almacenamiento de carbono y la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera. Esto es conocido como ciclo del carbono, en donde existe el intercambio de carbono (en distintas formas, por ej. dióxido de carbono) entre la atmósfera, el océano, la biosfera terrestre y los depósitos geológicos.

El uso y manejo de la tierra se deriva del clima (cambio climático), condiciones de la tierra (topografía y suelos) y factores antropogénicos (sociales y económicos). Se someten a modelos de simulación, basados en procesos hidrológicos para evaluar las consecuencias que producen estos factores; si eso conlleva a procesos de degradación de suelos y agua, y problemas derivados como seguías, inundaciones, deslizamientos y sedimentación, no son procesos sustentables.

En ese caso, se derivarían alternativas que sirvan de base para estrategias en el uso y manejo de la tierra, que sean sistemas y prácticas de conservación de los recursos suelo y agua, y que sean sostenibles. Sin embargo, esta sostenibilidad va sujeta a cambios: en las condiciones antropogénicos (presión poblacional, factores técnicos, económicos, legales y políticos) y en los cambios climáticos. En caso de no ser sostenibles, se deben de identificar y evaluar las causas de esto por medio de los modelos de simulación basados en procesos hidrológicos, en los que se debe de realizar ajustes, y nuevamente iniciar el proceso hasta que los modelos se ajusten a estos cambios y generen sostenibilidad.

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