En las últimas décadas, Colombia ha experimentado significativos desafíos sociales y económicos que han afectado la calidad de vida de sus ciudadanos. La inversión social por parte de empresarios y el sector privado ha emergido como un factor crucial para mitigar estos problemas y promover el desarrollo sostenible.
Desde PROCAÑA destacamos EL COMPROMISO DEL SECTOR PRIVADO y su impacto en la transformación de la calidad de vida de los habitantes del territorio nacional con especial énfasis en el suroccidente colombiano que enfrenta desafíos que incluyen pobreza, desigualdad, falta de acceso a educación y salud, conflictos interétnicos, sociales y violencia generalizada. Si bien el estado ha implementado políticas para abordar estos problemas, los recursos públicos son a menudo insuficientes para generar un cambio sustancial y duradero. Aquí es donde entra en juego la inversión social del sector privado y la articulación de esfuerzos de diversos actores.
La agroindustria de la caña además de generar empleo permanente y de calidad en 5 departamentos y 50 municipios, ha liderado proyectos ambientales, sociales y de infraestructura durante varias décadas. Iniciativas que promueven la protección del medio ambiente, reforestación, conservación de la biodiversidad, la adopción de prácticas sostenibles, programas de capacitación y educación, construcción y mejoramiento de viviendas, huertas familiares, circuitos cortos de comercialización, mejoramiento de vías terciarias, fortalecimiento de habilidades blandas, entre otros, que benefician a las comunidades locales.
Como ejemplo de lo anterior, PROCAÑA y la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla trabajan desde el año 2022 en La Alianza ALDEAS que potencia el rol de la familia como protagonista de su desarrollo y como actor socio-económico y cultural en las relaciones sociales.
Mediante las HUERTAS FAMILIARES se han generado capacidades individuales y colectivas para la producción de alimentos que se destinan principalmente al autoconsumo, lo que ayuda a reducir el gasto que realizan los hogares rurales y urbanos en la adquisición de alimentos que llega a representar el 70% de los ingresos totales familiares.
Huertas Familiares
Las HUERTAS FAMILIARES permite el involucramiento de todos los miembros de la familia, incentiva el interés de los niños y jóvenes por el trabajo de la tierra, los adultos mayores con su experiencia nutren los espacios de formación, las mujeres se empoderan en un ejercicio técnico y aportan a la economía del hogar con la producción de alimentos saludables para sus familias.
Durante el 2023 se establecieron 1.628 huertas que integran 4.619 personas en 8 municipios y 66 veredas y corregimientos de Puerto Tejada, Corinto, Miranda y Guachené en el Norte del Cauca, y Florida, Pradera, Bugalagrande y Zarzal en el Valle del Cauca.
Con la articulación de diversos actores como el Programa Mundial de Alimentos, las Fundaciones Ayuda en Acción. WWB Colombia, Promigas, alcaldías de Pradera, Florida, Miranda y Guachené, cultivadores de caña, SENA, se ha producido más 3.041 toneladas de alimentos para autoconsumo, intercambio con una inversión de 1.647 millones de pesos.
Esta alianza, integra y pone al servicio del desarrollo de la región, las experiencias, capacidades, recursos y saberes de sus miembros y la capacidad de relacionamiento de los productores y proveedores de caña que colocan a las familias en el centro de la intervención.
Como este, hay muchos testimonios nos inspiran, las dificultades nos comprometen a construir nuevas alianzas y caminos que nos permitan adaptarnos a los cambios sociales en el territorio para avanzar en programas construidos a través del consenso y el diálogo con las comunidades y los gobiernos locales y de esta forma lograr las transformaciones que se requieren para la estabilidad social. Seguro que podremos avanzar si fortalecemos los programas, las inversiones, pero sobre todo, uniendo las estrategias que hoy los empresarios, gremios y sector público adelantan por separado para generar mayor impacto.