Por: Martha Betancourt, directora ejecutiva de Procaña
El sector agropecuario es uno de los más perjudicados por el cambio climático, llegando a afectar significativamente la producción de alimentos, la salud del suelo y la biodiversidad, pero al mismo tiempo, el agro manejado con prácticas agroecológicas juega un papel trascendental en la mitigación y adaptación al cambio climático, contribuyendo a la reducción de emisiones de gases efecto de invernadero.
Los cultivadores de caña en búsqueda de soluciones para los problemas que enfrenta cotidianamente en su unidad productiva han sido generadores de ideas innovadoras que, con el tiempo y el apoyo de Cenicaña, se han convertido en programas, procesos y proyectos para compartir con otros eslabones de la cadena dinamizando sinergias que apoyan la innovación, la tecnología y la adopción de nuevas prácticas agrícolas para adaptarse a las condiciones del entorno ambiental y mitigar sus efectos.
Desde nuestro sector y con el liderazgo de CENICAÑA, hemos desarrollado programas y proyectos que están alineados con los objetivos del Plan Nacional de Biodiversidad, tales como la reducción de la huella de carbono, la restauración de los bosques, el cuidado de las cuencas hidrográficas y la promoción de sistemas de producción más sostenibles.
En el Marco Global de Biodiversidad, el sector ha priorizado estrategias que contribuyen a la caracterización de la biodiversidad y la integración de sus valores, mediante programas como ‘Caña Biodiversa’ en el marco del cual se avanza con la recuperación del corredor ecológico Amaime – Nima. Además, se ha apostado por incrementar significativamente las áreas de producción bajo prácticas agrícolas sostenibles, posicionando a Colombia como uno de los países pioneros y protagonistas en la producción de azúcar orgánica a nivel mundial. Con esto, el sector reconoce la importancia de la restauración de los ecosistemas y destaca las grandes ventajas de la caña como planta C4 de alta eficiencia fotosintética.
Dentro de estos programas se distingue INTEGRA – la Guía de Caña Sostenible para Colombia, herramienta digital en la nube que permite a los productores medir su desempeño en los tres ejes de la sostenibilidad: agroambiental, social y económica, desarrollada con rigor técnico y alineada con estándares nacionales e internacionales que incluye 213 indicadores permitiendo a los productores identificar áreas de mejora y proyectar acciones de mejoramiento continuo sostenibles.
Aportes de la caña de azúcar a la sostenibilidad:
- La caña de azúcar es la especie vegetal con la mayor eficiencia en la transformación de la energía solar en producción de biomasa por unidad de superficie que tiene el planeta, llegando a producir en el valle geográfico del río Cauca hasta 70 toneladas de materia seca por hectárea por año. De esta producción, el 30% está representado por los residuos de cosecha (cogollo y hojarasca), que, devueltos al suelo mediante procesos de descomposición biológica, favorecen el mejoramiento de las propiedades físicas, químicas y biológicas. Las investigaciones hechas por CENICAÑA soportan la mejora en los índices de porosidad, densidad aparente, la capacidad de retención de humedad, el mejoramiento de la fertilidad y productividad del suelo.
- Las 237.169 hectáreas sembradas en la región capturan 110 toneladas de CO₂ por hectárea por año liberando 60 toneladas de oxígeno, al tiempo se producen carbohidratos de alta calidad y estructuras fibrosas ricas en celulosa y hemicelulosa que se convierten en materia prima para cogeneración de energía.
- El bagazo y residuos de cosecha son también materia prima para múltiples usos como: Papel, aglomerados, alimento animal, fertilizantes, medicinas, alcohol de segunda generación, etc.
- De la caña se produce azúcar, bioenergía y bioetanol, que en su mezcla con la gasolina contribuye con la reducción de los gases efecto invernadero que produce el parque automotor.
- Con los residuos del proceso en fábrica (vinazas, cachaza, cenizas), se producen en promedio 2 toneladas de fertilizantes compostados por hectárea de caña cosechada. Esta reutilización de los subproductos en el cultivo aporta nutrientes para mejorar los suelos y fertilizar, disminuyendo el uso de productos de síntesis química. Somos modelo de economía circular.
- La energía eléctrica renovable producida con base en la biomasa está revolucionando al mundo, teniendo en cuenta que podrá sustituir fuentes no renovables como el petróleo y complementará a las hidroeléctricas, con la ventaja de que no es contaminante. Según estudios realizados a nivel mundial, el poder calorífico de una tonelada de biomasa de caña de azúcar es equivalente energéticamente a 1,2 barriles de petróleo.
- Las mal llamadas malezas (arvenses), hoy son aliados del cultivo por su aporte como materia orgánica, nutrientes, regulación de la temperatura y agua, sirviendo también como hospederas de especies para control natural de plagas.
- Así las cosas, la Caña de Azúcar mediante la captura de carbono en la materia orgánica del suelo permite adaptar el sistema de producción a la realidad del cambio climático, haciéndolo más resiliente, que es la capacidad para resistir, recuperar su funcionamiento y continuar la producción después de perturbaciones climáticas.
El sector sigue comprometido con la adopción de prácticas sostenibles, procesos que exigen inversiones en infraestructura, en tecnología, asistencia técnica, conocimiento y tiempo para llegar a los productores, a los trabajadores y a los contratistas para que adopten las labores de campo alternativas. Para ello debemos fortalecer y estimular el intercambio de información y experiencias entre los agricultores que hagan más fácil el camino hacia la sostenibilidad donde los gremios, los centros de investigación, las entidades multilaterales y los gobiernos nacional, regional y local juegan un papel fundamental.
La invitación que hacemos a los pobladores del suroccidente de Colombia desde el gremio de productores y proveedores de caña de azúcar, Procaña, es a que nos acompañen en el camino del mejoramiento continuo, hacia la consolidación de un sector cada día más incluyente del ser humano, con prácticas de manejo que estimulen la recuperación de la biodiversidad, recuperación de los suelos, potenciando las generosas cualidades de una planta maravillosa como la caña de azúcar.
- En Colombia hay aproximadamente 500.000 hectáreas sembradas con caña de azúcar: 237.169 para la producción de azúcar, etanol y cogeneración en cinco departamentos del suroccidente y otras 260.000 hectáreas para la panela en casi todos los departamentos de Colombia en predios pequeños y medianos, generando empleo a más de 350.000 familias. Colombia es el país con mayor consumo de panela por habitante.
Lea la edición 147 de nuestra Revista Procaña: https://bit.ly/3XE3rAn