Por: Martha Lince Cabal, Presidenta Junta directiva de Procaña

El año 2025 se presenta como un momento crucial para la agroindustria de la caña de azúcar en Colombia. Un escenario marcado por desafíos globales y locales, pero también por oportunidades para fortalecer la productividad, la sostenibilidad y la competitividad del sector. 

Aunque las incertidumbres siempre han estado presentes, no son insuperables. Con una mirada gremial, estratégica y colaborativa, los cultivadores podemos transformar estos retos en motores de crecimiento y desarrollo.

Indicadores de productividad: Avances y retos

Si bien es cierto vivimos los dos últimos años climatológicamente gobernados por la finalización del fenómeno de La Niña y el inicio del fenómeno de El Niño, los cultivadores de caña hemos logrado avances significativos en los indicadores de productividad durante 2024 en comparación con 2023. Las toneladas de caña por hectárea (TCH) y las toneladas de caña por hectárea al mes (TCHM) aumentaron un 12%, mientras que las toneladas de azúcar por hectárea (TAH) y las toneladas de azúcar por hectárea al mes (TAHM) crecieron un 9%. 

Por su parte, la caña molida y la producción total de azúcar registraron un incremento del 4%. No obstante, el comportamiento anómalo de las temperaturas mínimas, que en 2024 alcanzaron niveles críticos, impactó negativamente el rendimiento comercial, reduciéndolo en un 2%. A pesar de estos avances, la mayoría de los indicadores aún se encuentran por debajo de los promedios históricos, lo que evidencia la necesidad de fortalecer estrategias para mitigar los efectos del clima y optimizar la eficiencia operativa. (Fuente Cenicaña)

Innovación y Sostenibilidad. Pilares para el futuro

Los cultivadores de caña seguimos comprometidos con la implementación de tecnologías innovadoras y prácticas sostenibles con miras a reducir la vulnerabilidad del cultivo ante las amenazas climáticas con el fin de minimizar sus impactos en la competitividad de nuestro sector. 

Varias estrategias de manejo y adaptación en la etapa de campo son fundamentales para este propósito. La selección apropiada de variedades de caña de azúcar teniendo en cuenta los megas ambientes específicos para los cuales han sido seleccionadas con el fin que puedan expresar su máximo potencial genético, los diseños de campo integrales que no solo incluyen las labores de mecanización sino las necesidades de riego y drenaje, el uso apropiado de la red RTK (Real Time Kinematic) que ha sido puesta al servicio del sector por parte de CENICAÑA para las diversas labores de campo y cosecha, y la implementación de la agricultura específica por sitio (AEPS) que busca adaptar prácticas de manejo a las condiciones espaciales y temporales de cada suerte. 

Por otro lado, para mejorar de manera sostenible los indicadores de productividad, los cultivadores de caña de azúcar cuentan con el apoyo de CENICAÑA. Esta entidad ha venido actualizando las recomendaciones de manejo agronómico basadas en el uso de reguladores fisiológicos, dosis y semanas de acción, lo que permite identificar las edades óptimas de cosecha como una estrategia clave para maximizar la recuperación de sacarosa en la etapa final del cultivo.   

Los indicadores sectoriales de 2024 reflejaron un incremento promedio del 0.7 % en el rendimiento final gracias a la implementación de estas prácticas por parte del sector. No obstante, la investigación ha demostrado que la acumulación de sacarosa comienza desde el inicio del ciclo productivo. Un manejo sostenible de las arvenses en las primeras etapas y una adecuada gestión del riego, especialmente durante la fase de rápido crecimiento del cultivo (donde la ausencia de un riego puede representar una pérdida de hasta 10 TCH), tienen un impacto significativo tanto en el TCH como en el rendimiento final. 

Para asegurar la sostenibilidad y competitividad del sector, es fundamental continuar fortaleciendo la adopción de tecnologías avanzadas y estrategias de manejo basadas en el conocimiento científico. La articulación entre la investigación, la innovación y la implementación en campo permitirá no solo mejorar la productividad y eficiencia del cultivo, sino también enfrentar de manera más resiliente los desafíos climáticos venideros.

Gestión gremial: Un trabajo en equipo

El papel de las asociaciones y gremios, como Procaña, ha sido fundamental para enfrentar los desafíos del sector. En 2024, Procaña logró capacitar a 1.785 personas, un incremento del 16% respecto al año anterior, y mantuvo su compromiso con la transferencia de conocimiento y tecnología. Estas acciones no solo fortalecen las capacidades de los productores, sino que también fomentan la unión y colaboración dentro del gremio.

Además, la defensa jurídica de los intereses de los productores y la promoción de políticas públicas favorables son ejes centrales de esta gestión. En un contexto de reformas y cambios normativos, la representación gremial es más importante que nunca.

El 2025 traerá desafíos y oportunidades. Los productores deben adaptarse a los cambios, adoptar tecnologías innovadoras y trabajar colaborativamente.

Desde Procaña, seguiremos acompañando a los cultivadores en este camino, brindando las herramientas y el apoyo necesario para alcanzar los más altos estándares de productividad y competitividad. Juntos, podemos transformar los desafíos en oportunidades y construir un futuro próspero para la agroindustria de la caña de azúcar en Colombia.

Lea la edición 149 de nuestra Revista Procaña: https://bit.ly/3DX209j


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