Por: José Ignacio López, Presidente de ANIF
El fuerte rebote de la demanda agregada en 2021 y 2022 estuvo acompañado de un brote inflacionario, que no fue exclusivo a Colombia, pero que en nuestro país ha tenido mayor inercia como resultado de choques de oferta locales, como los paros y bloqueos de 2021, el fenómeno de La Niña y luego del Niño, y la inercia generada por los aumentos del salario mínimo. El choque inflacionario doméstico generó una respuesta de política monetaria por parte del Banco de la República, que sigue hoy en día teniendo efecto en la actividad económica.
Desde el primer trimestre de 2023 la economía colombiana ha experimentado una dinámica de menor crecimiento. Parte de la desaceleración era previsible dada las altas tasas de crecimiento en 2021 y 2022, difíciles de replicar en 2023, las mayores tasas de interés por parte de la autoridad monetaria, y el efecto adverso de la inflación en la confianza y el bolsillo de los colombianos, en particular de los trabajadores informales. Sin embargo, las cifras más recientes de empleo y actividad sugieren un desempeño peor al anticipado, afectado por la incertidumbre generada por la agenda legislativa y regulatoria del Gobierno, el empeoramiento de las condiciones de seguridad, un clima de inversión menos amigable hacia el sector privado, la tensión institucional entre el ejecutivo y otras ramas de poder, y una situación fiscal más apretada que ha elevado la prima de riesgo país, y por ende las tasas de endeudamiento público.
ANIF espera una tasa de crecimiento del PIB de Colombia ligeramente superior al 1% en 2024 (Gráfico 1). Esta baja cifra estaría explicada por una importante desaceleración en varios sectores tradicionales como industria, comercio e hidrocarburos. El sector de administración pública, el agro y algunos rubros de servicios, como el de entretenimiento, serían los sectores de mayor crecimiento en 2024. El sector agrícola mostró una robusta tasa de crecimiento anual durante el primer trimestre de este año de 5,5%, muy superior al 0,7% reportado para toda la economía. El buen desempeño del agro se dio a pesar de la caída en la producción de café de 3,6% y de pesca y acuicultura de 9,3%.
En lo que resta del año, se espera que este sector siga mostrando una buena dinámica, tras la reducción de los precios de insumos, en especial fertilizantes, y en respuesta a mayores precios. No obstante, las condiciones de seguridad y un eventual fenómeno de La Niña podrían comprometer las expectativas de crecimiento en lo que resta del año.
En materia de inflación, la mayoría de los analistas apuntan a que continúe el proceso de ajuste y anticipan una cifra cercana al 5,6% para fin de año. Esto le permitiría al Banco de la República continuar con su proceso de reducción de tasas, alcanzando una tasa de 8,5% a finales del año. El descenso de la inflación y de las tasas de interés le irá dando un respiro gradual a los hogares y a las firmas en los próximos meses, pero es probable que el alivio se sienta de manera más concreta en 2025. La proyección de crecimiento de ANIF para el próximo año es de 2,4%, en línea con unas condiciones financieras más holgadas y la resolución de la incertidumbre en varios frentes. El mayor crecimiento en 2025 le permitiría a la tasa de desempleo un leve descenso a niveles de 10,6%, frente al 10,9% pronosticado para este año.
Una de las fuentes de incertidumbre más importantes este año, en adición a los temas políticos, de reformas y de seguridad, es de naturaleza fiscal. Las cifras de recaudo tributario de los primeros meses del año muestran un crecimiento muy inferior al anticipado.
Frente a la meta de recaudo, las cifras reveladas en el acumulado enero-abril alcanzan un cumplimiento de 73% y un faltante de 12 billones en términos netos. Estas cifras de menor recaudo son preocupantes y son síntoma de un entorno de bajo crecimiento. Adicionalmente, el recaudo tributario estaría siendo afectado no solo por un menor dinamismo de la economía con un todo, sino por la divergencia sectorial antes mencionada. Los sectores que durante los últimos años más aportaron al recaudo tributario, como Minas y Canteras, Industria, y Comercio, tuvieron un pobre desempeño en 2023, y de acuerdo con las cifras preliminares continuarán con un bajo dinamismo en 2024. En este frente se espera que el gobierno anuncie un plan de recorte de gasto, en línea con el cumplimiento de las metas asociadas a la Regla Fiscal.