Por: Martha Betancourt M, directora ejecutiva
Asociación Colombiana de Productores y Proveedores de Caña de Azúcar – PROCAÑA
La caña de azúcar, además de endulzar la vida, generar desarrollo y dar un fuerte abrazo social a la región, ha sido considerada en el planeta la planta que tiene las características para ser la mejor aliada para mitigar y adaptarse al cambio climático. En las últimas décadas, el cultivo ha cambiado con la adopción de prácticas sostenibles; destacando que una hectárea de cultivo puede capturar más de cien toneladas de CO₂ al año y emitir más de 70 toneladas de oxígeno por hectárea.
Es la planta de mayor producción de biomasa por unidad de superficie, llegando a generar en el valle geográfico del río Cauca hasta 70 toneladas de materia seca por hectárea por año. De esta producción, el 30% está representado por los residuos de cosecha (cogollo y hojarasca), que devueltos al suelo mediante procesos biológicos de descomposición favorecen el mejoramiento en las condiciones físicas, químicas y biológicas de este. Son diversas las experiencias de productores que han sido avaladas y verificadas por el Centro de Investigación de Caña de Azúcar en Colombia – CENICAÑA, en las cuales se destaca la mejora en los índices de porosidad, densidad aparente y la capacidad de retención de humedad, además del mejoramiento de la fertilidad y productividad del suelo.
El bagazo y residuos de cosecha son también materia prima para múltiples usos como: Papel, aglomerados, alimento animal, fertilizantes, medicina, alcohol de segunda generación, entre otros. Es importante resaltar que a partir de la caña, además de azúcar, bioetanol y bioenergía, en el país se producen insumos fundamentales para diversas industrias, tales como vinagre, citratos minerales, plastificantes y ácido cítrico. Igualmente, alcoholes etílicos, industriales y farmacéuticos, y ya se inició la producción de bioplásticos. Por otro lado, con los residuos del proceso en fábrica: vinazas, cachaza y cenizas, se producen fertilizantes compostados para mejorar las condiciones de los suelos y complementar la fertilización tradicional.
En Colombia aproximadamente hay 500 mil hectáreas sembradas con caña de azúcar, de las cuales 240 mil se dedican a la producción de azúcar, etanol y cogeneración, las 260 mil restantes son responsables de la producción de panela, alimento relevante para los colombianos. Su cultivo y proceso ha permitido a la agroindustria ser motor de desarrollo para la región por más de 100 años, generando cerca de 286 mil empleos.
La generosidad del cultivo de la caña de azúcar es tan amplia, que su compromiso con la sostenibilidad va armonizando las dimensiones económica, ambiental y social, mediante la generación de un círculo virtuoso donde hay oportunidades y desarrollo. Pruebas de este compromiso es la aplicación de la Guía de Caña Sostenible que entrega prácticas, indicadores y recomendaciones que pueden implementar los productores de caña para ser más sostenibles.
El Fondo Social es otra muestra del compromiso de cultivadores e ingenios en una apuesta sin precedentes que tiene como objetivo contribuir al mejoramiento de las condiciones sociales y económicas de las familias y comunidades rurales a través de alianzas con empresas públicas y privadas. En la primera fase y con el apoyo de la Gobernación del Valle del Cauca, hemos invertido $2.500 millones en el mejoramiento de vías terciarias en la parte alta de Florida y hemos iniciado otra obra en Guacarí con una inversión superior a $2.538 millones.
Desde el año pasado está en marcha Compromiso Rural, programa de capacitación y empleo en una alianza de Procaña con Asocaña, el ICBF, el SENA y Cenicaña para apoyar la reactivación económica, generando 1.500 empleos directos, de los cuales 500 están a cargo de los cultivadores de caña.
Además, desde Procaña avanzan con éxito los programas como: Nuevas Generaciones, Sembratón de árboles, Corredores biológicos y capacitación permanente, donde los jóvenes son los protagonistas y líderes naturales.
Pronto arrancará Alianza Social cuyo propósito es fortalecer el relacionamiento de los cultivadores de caña con las comunidades del área de influencia. Para ello se han unido recursos y saberes con la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla, la Fundación El Amparo y la Fundación Mariana Hoyos de Gutiérrez, para promover iniciativas que contribuyan con el mejoramiento de la calidad de vida en municipios del Valle del Cauca y Cauca, para dinamizar el sector productivo local y subregional con el apoyo a la agricultura familiar, seguridad alimentaria y el fortalecimiento productivo y económico.
La caña es más que azúcar, es un buen momento para destacar las acciones que hoy cultivadores de caña llevan a cabo, mostrando al mundo los beneficios del cultivo, que además de proveer alimento, hacen un uso eficiente de los recursos naturales y grandes aportes sociales a la región y al país.
Excelente material ! Didáctico y contundente.