Por: Guillermo Rebolledo – Presidente de la Junta Directiva de Procaña

Es importante desarrollar e integrar soluciones basadas en ciencia que respondan a los retos actuales y futuros del sector. ​ Debemos tener una visión clara: lograr una producción más eficiente, resiliente y sostenible.

​La sostenibilidad del negocio, entendida no solo desde el punto de vista ambiental, sino también económico y productivo, exige avanzar hacia sistemas de manejo agronómico que permitan mantener o incrementar la productividad (TCH) y la eficiencia en la obtención de sacarosa.

Hoy en día, la investigación trabaja bajo una lógica de producción sostenible, integrando conocimientos sobre mecanización agrícola, fisiología y maduración, la nutrición del cultivo, el manejo de suelos y agua, y la agricultura digital. ​ Estos componentes convergen en estrategias de agricultura específica por sitio (AEPS), enfoque que busca adaptar las prácticas agronómicas a las condiciones particulares de cada unidad productiva de caña de azúcar, optimizando el rendimiento y la calidad sin comprometer los recursos del futuro. ​

El manejo agronómico de las nuevas variedades CC establece trabajar en centros pilotos, alcanzando distintos ambientes y ciclos de cultivos.  Estas recomendaciones tienen como objeto extraer el máximo potencial genético haciendo uso de la información del comportamiento eco-fisiológico de las nuevas variedades, estrategias de manejo de arvenses, la respuesta a la fertilización nitrogenada y el manejo de la maduración convencional. ​

Además, la sostenibilidad del cultivo también se apoya en áreas clave como la mecanización agrícola, reguladores fisiológicos alternativos (maduración) y el manejo del agua, que permiten cerrar brechas de eficiencia en la producción. ​ Desde el componente de mecanización, se exploran prácticas e implementos desde la preparación de campos y el levantamiento de socas, con el fin de reducir la compactación del suelo y hacer más eficiente la operación agrícola. ​ En cuanto al trabajo de maduración, la investigación busca optimizar el uso de reguladores fisiológicos (alternativos), ajustando dosis, esquemas y momentos de aplicación, con el fin de maximizar la concentración de sacarosa antes de la cosecha. ​ 

En el manejo del agua, se viene trabajando en estrategias que mejoren la eficiencia y la adopción de riego tecnificado, la modelación hidrológica de cuencas y el monitoreo de humedad del suelo, que permiten hacer un uso más eficiente del recurso, asegurando el desarrollo óptimo del cultivo aún en condiciones de variabilidad climática. ​

Todo este trabajo se complementa con el uso de herramientas digitales de agricultura de precisión y sensores para el monitoreo en tiempo real de variables clave del cultivo, como humedad del suelo, temperatura y desarrollo del cultivo. ​ Al integrar con la información climática disponible en el sector, estas tecnologías facilitan la toma de decisiones agronómicas más informadas y oportunas. ​

De este modo, la investigación agronómica desarrollada en el sector busca transformar el cultivo de caña de azúcar en un sistema más rentable, resiliente a los retos de un clima cambiante y ambientalmente responsable. ​ Garantizar el futuro del sector implica producir más y mejor, con un uso más eficiente de los recursos y un menor impacto. ​

De esta manera, mantener informados a los productores se convierte en una herramienta fundamental para obtener sostenibilidad y competitividad en nuestra región.

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